martes, 8 de julio de 2008

II. Aramotz Mendi Lasterketa.


LLegó el día. Fiestas de Markinez y yo levantándome a las 6 de la mañana para ir hasta Amorebieta. La noche anterior fuí formal, no bebí, pero hasta las dos de la mañana no me acosté. Cuatro horas de sueño no era lo más apropiado para una carrera de 27 kms. y 1.600 mts. de desnivel positivo.
8:30. Dando vueltas para encontrar aparcamiento se empieza a ver ambiente de carrera: gente calentando, buscando el control de firmas... Por fin encuentro un sitio para aparcar, me acerco hasta el parque Zubiondo, recojo el dorsal, vuelvo al coche, me cambio y a las 8:45 ya estoy calentando. ¡Eso es rapidez! Control de firmas, un bertsolari (desconocido, al menos para mí) nos echa un verso hablando de lo populares que se están volviendo estas carreras y al lío. Somos unas 230 personas de todo tipo y condición, aunque abundan los machacas :dícese del tío que nada más verle se sabe que hace más kilómetros en una semana que tú en todo el mes: peso pluma, piernas llenas de venas y camiseta de alguna prueba durísima, a poder ser de fuera de nuestras fronteras. Esto último acojona un huevo. Un segundo grupo, bastante nutrido, de gente de entre treinta y cuarenta años (entre los que me incluyo) que nos conformamos con terminar sin percances. El grupo de despistados: algún chaval con cara de seguir de gaupasa, otro con botas de monte ( y no precisamente ligeras), otro con tres capas de ropa ( éste no se imagina lo que suda uno corriendo)... Y por último, el grupo de los incombustibles: varios abueletes ( y abueletas) rondando los 60 años (con dos coj....).
Todos juntos y en armonía salimos del Parque Zubiondo. Lo de la armonía es porque la salida es neutralizada hasta las afueras de Amorebieta. Una vez que se levanta la cinta que llevan dos quads se produce la estampida. Yo como acostumbro me quedo en el grupo de cola. Y cuando empiezan las primeras rampas empiezo a pasar a gente que en la parte llana me había sacado algo de distancia. Empieza a aparecer el barro que no nos dejaría en todo el trayecto. Según dicen algunos el día anterior llovió sin parar y el recorrido estará impracticable. En esta primera rampa, alrededor del kilómetro 5, me empieza a pinchar el cuadriceps. Hace un par de semanas tuve una pequeña molestia, se me pasó en un par de días de reposo. Esta semana he hecho dos entrenamientos largos y no he notado nada. Pero, ahora ahí está, y no ha hecho más que empezar. En el km. 9 alcanzamos la primera cota, al bajar con lo peligroso del terreno embarrado, será donde me empiece a molestar de verdad la pierna. No me equivoco, cada vez que apoyo la pierna derecha noto un pinchazo. Toca bajar el ritmo. Esta no va a ser la carrera de mi vida. Comenzamos a ascender, de nuevo, hacia Leungane (1006 mts.). Esta parte es muy dura, la mayor parte es por roca con una caída bastante importante a la derecha. Me pareció bastante peligrosa por lo mojado que estaba. Llegamos a la cima en medio de una espesa niebla y bajo un sirimiri que ya no nos abandonaría hasta el final.
Ahora comienza el martirio, casi 11 kilómetros de bajada hasta Amorebieta (82 mts.). Varios de ellos bastante técnicos, y yo con la pierna hecha un cristo. Bajando prefiero no arriesgar y me quedo con dos chicos que bajan bastante suave. Pese al cuidado que con que bajamos mis compañeros de fatigas se caen varias veces, pese que el objetivo de uno de ellos era: "no manchar el pantalón y no contar a la mujer en el berenjenal que me he metido". Yo voy librando de caerme ( de algo tiene que valer estar todo el día en el monte), pero lo de la pierna ya es algo serio. Cada vez que piso veo las estrellas. Cuando la bajada se pone más fácil uno de los compis aprieta y me quedo con el que llegaría hasta meta. Pienso en parar en algún control (quedan dos) y que me vea la Cruz Roja y me den algo tipo Reflex, pero me entra la paranoia de que igual no me dejan seguir y aguanto como puedo hasta meta. Llegamos en un penoso tiempo de 4 hrs. 20 min. (158º puesto). En Lakuntza, con un par de kms. más hice 3 hrs. 20 min. Esto da una muestra del estado del recorrido y de mi pierna.
En la llegada, mucha gente animando y ambientillo de fiesta. De regalo, un par de camisetas, queso y sidra. Dos chicas me dieron un corto pero reconfortante masaje ( lo mejor de la carrera en ese momento). Duchita y a casa a comer.
Sensaciones un día después: Una carrera preciosa, pero muy dura. Volveré sin duda otro año. Es mi primera espinita clavada en esto de las carreras. No me salió como quería y he de repetirla. Muchas veces digo que en estas carreras fuera del asfalto hay muchas cosas que te pueden desquiciar: el mal tiempo o el calor, una molestia, un tramo técnico del recorrido... En esta carrera todos esos factores me han afectado en mayor o menor medida. Y el resultado ha sido 60 minutos más de sufrimiento que los que pretendía. De la experiencia se aprende. Y tengo mucho que aprender y muchas carreras donde hacerlo.
Pd. Hoy la molestia de la pierna es una leve cojera y un gran hematoma en la cara interna del cuádriceps. Se impone visita al traumatólogo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aupa Patxi. ultimamente he andado bastante liado con el ciclismo y no me ha dado teiempo de ver el blog. veo que te estas metiendo caña y bueno lo de Amorebieta el año que viene lo superas, tienes un monton de marchas por hacer, espero que se mejore tu rodilla. te sentaria bien un maillot del Tximist para tus marchas... jajaja
Venga nos vemos txapeldun!! Por cierto me gusta esto de las carreras por monte si no llega a ser por mi maltecha rodilla igual me animaba a probar...

rafalgueri dijo...

Un relato genial Patxi!
Que te recuperes pronto de la pierna i a machacar montañas!
Saludos!