martes, 8 de mayo de 2012

Xtreme Higa de Monreal




    El monte que veis arriba es el motivo principal de la carrera en la que participé el pasado fin de semana: la Higa de Monreal (1295 mts.) El pasado 6 de mayo se celebró por primera vez en formato de media maratón esta carrera con salida en Monreal, pueblo situado a 20 kms. de Pamplona. El sábado al mediodía nos pusimos en camino a Monreal, una vez recogida Lupe de su trabajo, y tras comer en la autopista en poco más de una hora nos presentamos en Monreal. Habíamos cogido una habitación para toda la familia (Athos incluido, como siempre) en Etxartenea,  una bonita casa rural. Tras hacer las presentaciones de rigor y charlar con la encantadora pareja que regenta el establecimiento, paseito de rigor por el pueblo. Había ambientillo, por ser paso de peregrinos en su camino hacia Santiago de Compostela, y ser fin de etapa antes de llegar a Gares (Puentelarreina), nudo donde coinciden el camino que viene de Roncesvalles y el que viene desde Huesca. Localizamos el lugar de salida, los organizadores que ya están atareados con los preparativos nos ponen al día del estado de los senderos por los que correremos mañana. La frase "hay un poco de barro en un par de puntos" no me convence demasiado, teniendo en cuenta que llevamos un mes de abril con continuas lluvias, e incluso de camino nos granizó en la autovía. Mis sospechas se confirmarán mañana. A las 8 de vuelta a Etxartenea, un poco de "tumbing" hasta la hora de cenar y las 9 bajamos al comedor, donde fuimos obsequiados con una abundante cena. Ya se que no es lo mejor para correr al día siguiente, pero estaba todo muy rico y no dejé nada en el plato. A las 10:30 ya estaba durmiendo. Para variar los nervios que siempre tengo (aunque sea la carrera más inocente del mundo) esta vez no me traicionaron y dormí de un tirón hasta las 7 de la mañana.

    A las 8 me dirigí a recoger el dorsal, recogí la bolsa de corredor: camiseta técnica, chorizo pamplona, tomate frito, frutos secos, un brick de leche... Parecía que venía de hacer la compra. Desayuno ligero, cambio de ropa y al lío. La salida era a las 9:30. Acompañado de la familia me dirijo a la salida y empiezo a calentar. Como siempre, se ve mucha gente que no tiene aspecto de ir a pasar la mañana al monte.

   Todos colocaditos en la linea de salida, haciendo las bromas de siempre con risitas nerviosas. Se veía mucha zapatilla de asfalto que muchos luego lamentarían. Puntualmente de da la salida y otro clásico: salen como balas y yo a mi ritmo. "Ya os pillaré" pensaba yo. ¡Qué inocente soy! Hacemos unos dos kilómetros casi llanos alrededor del pueblo con la gente a todo meter. Aparece un puente estrecho que cruzar donde sólo caben un par de corredores y se forma el primer embudo. Tras él un sendero estrecho y pica un poco hacia arriba. "Esto me gusta más" pensé. Apreté el pistón  y en unos minutos adelanté a bastantes corredores. Desaparece la vegetación y nos vemos ante una pista de piedras bastante pendiente. Me pongo a trotar y sigo adelantando, ya que mucha gente se ha puesto ya a andar. En el kilómetro 7 y hasta el 14 empezamos a cruzar zonas de hayedo y boj  a un ritmo majo. Varias zonas están totalmente embarradas, pero se van pasando con paciencia. Nos hemos juntado un grupo de cuatro y nos mantenemos juntos hasta el inicio de la subida a la Higa. Antes de la subida está el tercer avituallamiento, cojo aire y hago frente a una subida por sendero muy vertical. Pero nada comparado con lo que nos esperaba en los metros anteriores a la cima. Los últimos metros son ya por una zona mas escarpada y hay que ayudarse con cadenas por lo que hay que subir de uno en uno y se forman colas. Una vez arriba, último avituallamiento  y cuatro kilómetros para abajo. Los dos primeros bastante traicioneros (a un corredor que iba un poco delante mío le conte seis caidas en esos dos kilómetros). Yo libré pero siendo muy conservador. En los últimos dos apreté adelante a varios y llegué con todo. Allí me esperaba Olatz, con la que entré en brazos. Muy contento. Una carrera preciosa, con un tiempo fenomenal, y muy buenas sensaciones en las piernas. Un 10 a la organización, y, en general, a todo el pueblo, que se volcó con la carrera. Había mucha gente animando en varios puntos.

    Ahora, ya sólo queda pensar en la siguiente cita. El sábado salimos para Gerona. Unos días de relax y el día 18, desde Blanes empieza la Costa Brava Xtreme Running. Van a ser tres días muy duros. Serán tres etapas, de 25 la primera y las dos siguientes de 55, a lo largo de la Costa Brava hasta la frontera con Francia. Nunca he hecho una prueba por etapas. Tengo dudas de como recuperaré de un día para otro. Sin embargo, desde que sigo el plan diseñado por Gontzal Sanz, me encuentro de cine. Voy asimilando muy bien todas las cargas y estoy muy confiado. Esta prueba será una piedra de toque importante de cara a Ehun Milak. Una vez en junio habrá que diseñar varias salidas de bastantes horas para estar en forma para esta prueba. ¿Seré capaz? Hoy pienso que sí. A ver si sigo con estas sensaciones.

   Pd. Paradojas de la vida. En el sorteo posterior a la prueba de Monreal fui uno de los afortunados. Me tocó un jamón y una cesta compuesta basicamente por botellas de pacharán y anís. La paradoja es que no como carne y rara vez pruebo algo de alcohol que no sea cerveza o vino. Habrá que empezar a repartir entre los amigos.

   Por cierto, también coincidí con David, uno de los asiduos a la quedadas de Kirolak-CM Gazteiz. Casi te alcanzo esta vez....

1 comentario:

parusmajor dijo...

Llevaste el coche o un carro de supermercado?
Por lo que leo te salió una buena carrera en un fin de semana redondo. Como sigas así vas a disfrutar como un enano en la Ehun Milak.
Un abrazo, Patxi, y a darle duro, que la recompensa siempre es buena!!!